“La libertad de un individuo comienza y acaba en la libertad
del otro”. Hoy os invito a la reflexión mediante esta frase tan popular y que
ya conoceréis. Somos conscientes de que no podemos hacer lo que queramos en todo
momento, en algunos casos la sociedad nos impone unas restricciones que van dirigidas a salvaguardar nuestra seguridad. Me estoy refiriendo a las leyes, cuya
principal misión es la protección de los ciudadanos a partir de la creación de
los derechos. Las leyes vienen marcadas por una autoridad competente.
Existen numerosas leyes y cada una da respuesta a un ámbito
concreto. Nos centraremos en las leyes que rigen Internet actualmente. Para ello trabajaremos a partir de la lectura del siguiente artículo
P J. Gómez, A. Guirado, D. Utrilla y O.
Molino, 2011, Los peligros de la sociedad de la información están bajo control,
en Consejo Escolar de la Región de Murcia, Educación, familia y
tecnología, 63-64. En este artículo se nos describen a grandes rasgos algunas de
las leyes que rigen Internet.
Todas y cada una de esas leyes son totalmente necesarias para
que exista cierta seguridad en la red. Aunque el marco legislativo de Internet tiene algunas lagunas. Por ejemplo
anteriormente en este blog estuvimos tratando temas como el teletrabajo, y una
de sus principales dificultades era la escasa por no decir nula legislación que
existe en torno a esta modalidad de empleo. Por el contrario el trabajo
presencial sí que está regulado, e incluso está sometido a inspecciones. ¿Por
qué esta diferencia…?
Y eso solo es el principio del iceberg las leyes Lssi
y Lisa de alguna forma deberían garantizar una seguridad a la hora
de los servicios que se comercializan por Internet al menos en España, pero la
realidad es que los fraudes y estafas a través de la res están en auge. Y en la
mayoría de los casos los autores de esos delitos quedan impunes.
Otra de las incongruencias la encontramos en la ley de
Protección de Datos de Carácter Personal conocida como LoPD, donde queda explícito que los menores de 14 años no pueden permitir
la entrega de sus datos sino que deben remitir esa aprobación a sus tutores, pero
la realidad es que los menores falsean su edad y entregan sus datos personales
sin saber que riesgos puede ocasionar esa cesión de información. Pero lo más
llamativo es que nadie persigue el cumplimiento de esta ley y esto provoca un gran
peligro social, ya que los más pequeños quedan desprotegidos.
Estos argumentos tan solo son una pequeña muestra de las
puertas traseras que podemos encontrar en las leyes. Personalmente pienso que
la integración de Internet en la sociedad está produciendo una evolución que
avanza a pasos agigantados y la cual nos es imposible asimilar al mismo tiempo
que sucede, por tanto esta evolución nos crea a su vez lagunas legales,
problemas o riesgos; a los que no somos capaces de enfrentarnos en su debido
momento, y para cuando intentamos parchear esos problemas ya existen otros. Todo se reduce a dos conceptos libertad y restricción. El
equilibro entre ambos conceptos es lo que queremos conseguir en nuestras redes,
ya que fruto de ellas será la tan ansiada seguridad virtual.